Quien mira hacia afuera, sueña; Quien mira hacia adentro, despierta.
Carl Jung
Recuerdo claramente el día en el que empecé a ser consciente de mi existencia, tenía aproximadamente 6 años y fue como si me encendieran la luz en un cuarto oscuro. Todo me generaba muchas preguntas, pero al mismo tiempo sabía dónde y con quién estaba. Desde entonces, empecé a ser muy sensible a mi entorno. Ahora, lo podría describir como una melancolía constante en el pecho, como si pudiera ponerme en los zapatos de la persona y cosa que tuviera en frente, sentía miedo constante a un no sé qué.
Nací en un pequeño pueblo de Caldas, mi papá falleció cuando yo tenia solo 4 años, así que mi mamá fue de esas super mamás que saco adelante a 3 hijos y se mundo a una gran ciudad. Cuando tenía 8 años llegó este gran cambio de ciudad en donde me enfrenté a nuevos retos, aún sintiendo esas emociones un poco atemorizantes en mi pecho. Para ser sincera, siempre me sentí muy diferente a los demás, no diferente en el sentido superior, sino que me sentía “rara” , no me apetencia hacer lo mismo que las personas de mi edad, pero, por supuesto hice todo el esfuerzo para encajar. Me veía muy normal en mi día a día pero al llegar a casa, me sentía cargada, frustrada, con un gran vacío, no me gustaba lo que veía en el espejo, sentía que todo el mundo decía muchas mentiras, sentía miedo de las personas y su crueldad.
Tuve que esforzarme demasiado en todo momento para conseguir lo que quería y trabaje desde los 16 años, siempre todo parecía ser cada vez más difícil e imposible de alcanzar y sentía que cada vez encajaba menos. Fue entonces, desde los 21 años , que todo lo que sentía se intensificó, era como si nada me llenara el alma. Era una sensación de no querer creer que la vida se limitaba únicamente a lo que vemos con nuestros ojos físicos día a día.
En un momento en el que sentía que no podía más, renuncié a mis trabajos, dejé la universidad en sexto semestre, terminé con el novio que tenia en ese momento de 4 años y me entregué por completo al vacio. Y fue solo cuando me permití sentir y escuchar muy adentro de mi ser, donde pude ser sincera conmigo misma y decir “NO SOY FELIZ” “NO HE ENCONTRADO MI PROPÓSITO” “NO SÉ QUÉ QUIERO DE LA VIDA” “NADA ME GENERA DISFRUTE”
Por ahí dicen que cuando el alumno está preparado, llega el maestro. Pues bien, llego a mi la oportunidad de estudiar metafísica en ese momento donde lo había dejado todo y esto realmente cambió mi vida, además de adentrarme en un trabajo personal que aún al día de hoy mantengo, me abrió una perspectiva de un plano más allá de lo material que completa, conforma, define, concluye, responde y abre más preguntas, de lo que es la vida en sí. Vamos a decirle un no se qué maravilloso.
Pero esta experiencia que les acabo de resumir fue tan solo el comienzo de un gran despertar, lleno de fases, momentos, caídas, aprendizajes que aún continúan.
El despertar espiritual
Vamos a comenzar explicando que hay una gran diferencia entre despertar de consciencia y el despertar espiritual. El despertar de consciencia es cuando en un momento de mi vida me doy cuenta del mundo que me rodea, de la vida que tengo, de lo que he logrado, de lo que no, de las personas que me rodean, de los patrones de comportamiento que siempre han estando presentes en mi vida y me percato que puedo modificar todo si lo deseo. Es decir, que soy el único responsable de mi vida, que solo soy una programación de todas las experiencias a lo largo de mi existencia. Un ejemplo de esto es cuando te sientes aburrido de trabajar para otros, desanimado, sientes que estas estancado y de repente te das cuenta que puedes cambiar de empleo o puedes emprender. O por ejemplo, cuando te das cuenta que repites el mismo tipo de pareja posesiva o sensible y que eres tú quien atrae ese tipo de pareja por alguna razón y decides buscar el motivo para solucionar de raíz. También cuando te das cuenta que estas lleno de sueños pero no haz logrado ninguno de ellos y emprendes un proceso de autoconocimiento para entender el por qué.
Ser consciente es DARSE CUENTA DE… aunque en los diccionarios lo describen como una persona que esta en pleno uso de sus facultades mentales, es claro que a pesar de estar en pleno uso de nuestras facultades mentales, no siempre nos damos cuenta del por qué de las cosas. ¿Por qué siempre el mismo tipo de pareja?¿ por qué cuesta lograr metas? ¿por qué tanta depresión? ¿por qué da miedo todo? ¿por qué se repite el mismo aprendizaje? ¿por qué tanto sufrimiento? etc, etc.
El despertar espiritual por su parte, es algo muchas más grande, que por supuesto implica un despertar de consciencia. Hay dos tipos de personas: las que se dan cuenta y no hacen nada al respecto o hacen algo superficial y las que se dan cuenta y lo hacen todo por un cambio. En el despertar espiritual hay preguntas más profundas, cuestionamientos de la estructura que siempre nos han enseñado familiar o culturalmente, preguntas como ¿Quién es Dios? ¿Y si la historia que nos han contado, no es como la han contado? ¿Qué hay después de la muerte? ¿El éxito, dinero, amor es para algunos pocos? ¿Existen los momentos de plenitud constante? ¿A qué vinimos al mundo? etc, etc. Y una vez se llega a esos cuestionamientos y expandes tu mente y tu campo de experiencia, comienzas a construir tu propia verdad, logras percibir una serie de nuevas sensaciones que abren un espectro cada vez más grande.
Ese despertar espiritual puede llegar de muchas maneras, en mi caso, siempre sentí incomodidad, siempre me hice muchas preguntas porque sentía que algo faltaba y como siempre he sido fiel creyente de seguir el corazón, de una u otra forma atendí a ese “llamado”. A muchas personas les pasa igual.
Otra manera muy común de despertar es después de alguna experiencia traumática, una ruptura amorosa, la pérdida de un ser querido, la quiebra económica, un divorcio, una enfermedad, etc. Existen otras formas como un despertar instantáneo del kundalini, es algo que puede suceder en cualquier momento, donde se activan tus dones de repente a través de diferentes sensaciones “extrañas”. También una persona puede despertar por su propia voluntad, estudiando, leyendo y a través de la práctica de la meditación. Otros, siempre han tenido dones y habilidades muy despiertas que suelen bloquear e ignorar por la presión cultural y en algún momento deciden no evitarlo más y entregarse a las experiencias y desarrollarlas.
Una vez se emprende el camino espiritual, nunca dejas de despertar, es un aprendizaje de todos los días, imagínalo como un sendero de manera ascendente en escalones, cada vez vas a ir subiendo un escalón, y este escalón tiene muchas nuevas experiencias y el tiempo que permanezcas en cada escalón, va a depender de tu trabajo personal y esfuerzo, pero cada vez que vas avanzando vas a ir viendo las cosas desde una perspectiva cada vez más amplia, como que entre más arriba, más cosas alcanzas a ver, es decir, te vas abriendo poco a poco a las múltiples posibilidades.
El despertar espiritual no es lineal, por lo tanto, no hay una secuencia que te pueda enumerar, ni te puedo decir en qué momento vas a tener una caída de consciencia o vas a quedarte atorado en un bucle, lo que si puedo decirte es que nunca dejamos de aprender, siempre habrá algo que trabajar, siempre habrá algo para mejorar, siempre tendremos retos porque la vida es una escuela. Espero alcances la iluminación como el maestro Jesús o como Buda, pero la mayoría de nosotros venimos a trabajar y evolucionar nuestra energía de manera constante.
El mundo se sigue moviendo y avanzando y cada uno de nosotros a pesar de haber escrito algunos aprendizajes tiene un derecho divino llamado libre albedrío y este nos permite escoger cómo queremos vivir las cosas, si hacemos una comedia o un drama y eso va abriendo más posibilidades que hace que siempre nos enfrentemos a algo nuevo.
El despertar espiritual permite que te conozcas más, al meditar aprendes a controlar tu sensaciones, emociones y visitar otros planos, al profundizar en tu vida, vas encontrando patrones familiares y de comportamiento, conocer como funciona la energía permite dirigirla hacia donde quieres, conocer de qué estas hecho, a qué vienes, qué es lo que realmente dirige el mundo, cuál es tu misión como alma y ser humano, te permiten enfocar la energía hacia propósitos concretos de más gozo y sentido. A medida que vas superando los retos, vas subiendo un escalón más y logrando un balance interno que hace que cada vez que se presente un nuevo reto, sea más fácil sobrellevarlo, ya puedes ver más posibilidades de las que veías antes, ya tienes más herramientas para evolucionar en cada situación.
¿ESTÁS DESPERTANDO?
Como ya te mencioné, no hay un orden específico en el despertar, pero si hay muchas fases. El autor Joseph Campbell en su libro el héroe de las mil caras, describe algunas y las generalíza de manera arquetípica a través de la mitología y experiencias en común. Lo describe como un viaje, donde hay una partida, una iniciación y un regreso. Lo más interesante de esto, es que se da en todo el despertar pero también en cada escalón que subimos, se repite una y otra vez en cada aprendizaje.
Lee esto como una secuencia del despertar, pero te repito, puedes estar en cualquier fase o repetir una y otra vez la misma: Un cambio inesperado en la rutina, el dolor y/o resistencia al cambio, búsqueda de otras alternativas de ayuda, tocar fondo y entregarse a la experiencia, cuestionamientos que se repiten una y otra vez, sensación de no poder lograrlo, obstáculo que requiere más esfuerzo cómo si el fondo que se tocó tuviera aún más profundidad y se pudiera caer aún más, entendimiento, apertura de posibilidades, aparición de antiguos retos como si te pusieran a prueba, solución, resistencia a regresar al agujero negro, aceptar regresar para ayudarte aún más y empezar a ayudar a otros.
Esta secuencia pareciera muy resumida, pero lo cierto es que cada fase es una trinchera. Astrólogicamente hablando también vemos otro tipos de fases dentro de las fases, te menciono una nueva secuencia que puedes incluirlas en cualquiera de las fases anteriores: * Expresión de la individualidad, salir al mundo con voluntad, energía, potencia, sin limitantes, sin miedo. *Construcción de valor personal, autoestima, generación de recurso. *Expresión, comunicación asertiva, curiosidad del medio, atreverse a explorar y conocer. *Manejo del mundo emocional, cómo atiendo a cada emoción que siento. *Expresión de todo lo que he mencionado hasta el momento, la valentía de expresarme tal cual soy sin filtros. *Encontrar un sentido eficiente a mi ser, organizar ese sentido en pequeños retos a corto, mediano y largo plazo. *Aprender a estar con un otro, entendiendo que es un ser libre al igual que yo donde ambos deben tener individualidad en todos las áreas de la vida. *Mirar cara a cara mi sombra, ese personaje oscuro que es parte de mi y siempre lo será, dejar de ignorarlo para dejar que se manifieste con alta conciencia, sin negarlo. *No caer en dogmas ni fanatismos, estar en constante aprendizaje para no caer en extremos, análisis profundo de mi ser para encontrar lo que a mi me hace sentido fuera de las creencias de los demás. *Mostrarme al mundo como quiero, dedicar mi vida a una vocación que me genere disfrute y al mismo tiempo entender que también hay magia en la estructura. *Aprender a ser libre y auténtico, sin invadir la libertad y autenticidad de otros, respetando el nivel de consciencia de cada uno, entender que hago parte de un todo, que todos somos uno, encontrar en lo que hago mi servicio a los demás. Y por último *Recordar que nunca hemos estado separados de la totalidad, todo siempre ha estado aquí, todo es al mismo tiempo y que a través del conocimiento del yo podemos volver a casa en cualquier momento.
Retomando la historia de mi experiencia, abrirme a mis miedo me ha traído mucho dolor, han aparecido personas que me han traído lecciones muy fuertes, he vivido sin nada y otras veces lo que tenido todo, me he encontrado con muchos obstáculo, personas realmente malas, otras que solo me reflejan lo que soy y no he visto, otras que solo aparecieron para que viera mi potencial, se me han repetido aprendizajes por no tener objetividad, me he quedado atorada en diferentes bucles, pero algo que puedo decir con toda certeza es que una vez se van superando obstáculos con amor y voluntad, si se llega a una plenitud constante, cada vez se ve todo más claro, ya los problemas (que siempre estará) no tienen poder sobre ti sino tu sobre ellos, sí logras cambiar tu programación, tu energía y lo que atraes. solo tienes que ir muy adentro para tener la vida que quieres llena de sentido y consciencia. #VeryInside.